martes, 7 de diciembre de 2010

Cambios

Mira la ventana y mira a tú alrededor, mira como todo cambia sin temor ni pudor

Abrí mis ojos pero no veía bien, todo había cambiado a mi alrededor, nada era igual a como lo recordaba, aquel árbol de flor de cerezo ya no estaba ahí o quizás era yo la que no lo supe distinguir, eran lo más probable porque todos eran iguales, fríos y sin hojas y yo por lastima estaba sentada bajo uno. En ese momento me sentí tan igual a todo el resto del mundo, no era más que un simple objeto de la sociedad.

Me acomode en aquella sucia banca en la que estaba sentada y comencé a recordar los viejos tiempos donde todo era mágico y de en cuentos, momentos que ya no estaban aquí, que solo quedaban de ellos un recuerdo que poco a poco se iría borrando y olvidando con el tiempo.

De pronto un pequeño gatito de color gris se me acerco y despertó mi mirada hacia la nada, el gatito empezó a hacer piruetas y cosas por el estilo, creo que lo que intentaba hacer era hacerme reír, pero no lo consiguió ya que esa sensación para mi era algo totalmente prohibido. La pequeña criaturita avanzó hasta el principio de un camino y se detuvo allí, él esperaba que yo lo siguiera, hasta que al fin decidí seguirlo no sabía exactamente hacia donde me llevaba, pero lo seguía de todas formas. Él me condujo hacia un bosque, este bosque era distinto al cual hace unos segundos me encontraba, era tan verde que no lo creía y fue ahí cuando de pronto de entre los arboles apareció una luz muy brillosa de la que bajo un ángel, yo me puse muy nerviosa pero este se me acerco y me susurro al oído, todo está bien mi pequeña , los cambios son normales solo debes acostumbrarte y ya verás que algunos son para mejor, me beso en la mejilla y luego aparecí en la misma banca, pero con una diferencia notable, todo a mi alrededor lucia lindo y brillante. De pronto mire hacia mi derecha y había un joven observándome, en principio me asuste un poco pero él se me acerco tiernamente y tomo mi mano, su cara y su dulzura me hacían recordar al ángel, ¿Sería posible que fuese él? era imposible. El joven con su voz angelical me dijo todo está bien mi pequeña, estoy aquí contigo, ahora y siempre, después de aquellas palabras sus brazos me rodearon tiernamente, y me dieron el abrazo más dulce y protector que jamás en mi vida hubiese recibido.